Los asistentes virtuales han ganado protagonismo a medida que las pequeñas empresas y las empresas emergentes recurren a las oficinas virtuales para mantener bajos los costos y las empresas de todos los tamaños aumentan su uso de Internet para las operaciones diarias. Debido a que un asistente virtual es un contratista independiente, una empresa no tiene que brindar los mismos beneficios ni pagar los mismos impuestos que pagaría por un empleado a tiempo completo. Un asistente virtual es diferente de un asistente administrativo asalariado que trabaja desde casa y tendría la misma compensación y la misma estructura impositiva que cualquier otro empleado a tiempo completo.
Además, dado que el asistente virtual trabaja fuera de la oficina, no es necesario que cuente con un escritorio u otro espacio de trabajo en la oficina de la empresa. Se espera que el asistente virtual pague y proporcione su propio equipo informático, programas de software de uso común y servicio de Internet de alta velocidad.
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